Era una tarde fresca y Alicia salió a caminar.
No pensaba en nada cuando vió pasar frente a sus ojos un hombre muy guapo. Se sintió fuertemente atraida por ese hombre y comenzó a seguirlo; la cautibó su mirada, su cuerpo y su forma de caminar, fué como un hechizo.
Ahora pensaba menos que antes, solo seguia sus impulsos y trataba de ver más de cerca aquella aparicion tan atractiva, estaba totalmente perdida en el y crusó la calle sin percatarse de nada; soló vió el auto cuando sintió el golpe y calló inmovil al suelo, y vió al hombre alejarse hasta cerrar sus ojos.

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