Entré en una casa alborotada, con gente desconocida y descontrolada, ojos desorbitados, aliento fermentado y conversaciones incoherentes.
En medio de risas y musica muy fuerte, sobre la mesa de centro una mamadera y una botella de alcohol me distraen de la pregunta de uno de los desconocidos...quieres? No... y dió la orden de amarrarme. Siempre supe que las fiestas inesperadas son las peores.

muy bueno tu blog
ResponderEliminarme gustan tus historias
nos vemos
by
L Lawliet